12 de febrero de 2014

SINDICATOS AMARILLOS

Gracias a los sindicatos Fetico y Fasga en el Cortés Inglés se trabaja gratis los domingos

|
El pasado 20 de septiembre se tuvo conocimiento de la sentencia dictaminada por la Audiencia Nacional que desestima la demanda interpuesta por CCOO contra El Corte Inglés, Fasga y Fetico ante el acuerdo de horarios que alcanzaron el 26 de abril y por el cual, entre otras barbaridades, se obliga a trabajar los domingos y festivos gratis a todo el personal que hasta esa fecha no teníamos obligación de hacerlo. Que la empresa, en su afán por obtener mayores beneficios a costa de su plantilla cometa estas tropelías, puede “tener” un cierto sentido, pero que lo consiga gracias a la inestimable colaboración de quienes se consideran “defensores” de la clase trabajadora, no se entiende. Y es que el papelón que han hecho los sindicalistas de Fasga y Fetico (incluido sus testimonios en el juicio celebrado al efecto) es para que les dieran un óscar a la mayor traición a los trabajadores/as jamás hecha. Hasta el 25 de abril eran 22.687 las personas que no tenían obligación de trabajar los domingos y festivos; cada una con nuestros motivos, sus problemas y sus singularidades para no hacerlo. Pero si hay un colectivo al que esta decisión le afecta de una manera muy especial es al personal que tenía una concreción por guarda legal. A partir de ahora, además del descuento que le realizan en nómina para poder atender a sus hijos/as y familiares, tendrán que buscar una persona que realice esa labor los festivos que tenga que trabajar y abonarle el importe que le soliciten. Y es que a Fasga y Fetico no les importa lo más mínimo la conciliación de la vida familiar y laboral de la plantilla de El Corte Inglés y, mucho menos, lo que les pase a sus hijos/as y familiares. A ellos lo único que les importa es satisfacer las ansias de beneficios de la empresa, sea como sea, sea a costa de lo que sea. Por enésima vez Fasga y Fetico, gracias a la mayoría obtenida en los comités de as últimas elecciones, consiguieron esquilmar a la plantilla los derechos que han llevado décadas conseguir y no van a cejar en su empeño de seguir por esta senda que cada vez nos acerca más a las condiciones de trabajo del siglo XIX. No se puede resignarse ni mirar para otro lado como si esto no fuera con uno. Hay que plantar cara si no se quiere verse en poco tiempo sin ningún tipo de derechos y, lo que es más grave, sin ningún trabajo.